domingo, 1 de abril de 2018


TRES MASACRES RELIGIOSAS RECIENTES : BIRMANIA, SIRIA Y YEMEN


ALEJANDRO URIBE BEDOYA

alejosuave@hotmail.com

El autor es un escritor e historiador que fue expulsado  de varias instituciones de Pereira-Dosquebradas en Colombia por sus conocimientos sobre el fascismo.  Él fue expulsado de la FLACSO sede México por profesores franquistas españoles y argentinos que le impidieron graduarse como maestro en Ciencias Sociales.  Fue vetado en la Universidad Tecnológica de Pereira y expulsado de varios colegios, entre ellos el Colegio “Manuel Elkin Patarroyo” de donde lo licenciaron  por crear un cine-club antifascista, del Colegio Aquilino Bedoya por defender las comunidades indígenas y del Colegio Agustín Nieto Caballero por crear un sindicato de educadores por contrato.  Él ha sido adoptado como refugiado político por el Estado de Ginebra en Suiza y allí continúa sus estudios sobre la sociedad colombiana.


INTRODUCCION





El año próximo se cumplirán 25 años del genocidio de Ruanda en África ; luego de esta catástrofe religiosa era impensable el resurgir de la muerte masiva protagonizada por la religiosidad extrema, sin embargo, la humanidad ha presenciado asombrada en el transcurso de los dos últimos años las matanzas masivas, la más importante de ellas, la protagonizada por el Estado Islámico contra musulmanes no radicales y contra la sociedad civil occidental, a estos hechos ya hemos hecho referencia en un capítulo especial del libro « REZANDO Y MATANDO : CUANDO CRÉER EN DIOS NOS VUELVE LOCOS », ahora haremos referencia a los asesinatos masivos  en Birmania, Siria y Yemen. 

El parecido del genocidio en Birmania con el de Ruanda pone en alerta el inevitable devenir de la muerte cuando la religión se entromete en la política y lo hace promovida por líderes que tienen intenciones necrofilias.  La formación de élites asesinas que influyen masivamente en la comunidad de base de los grupos religiosos es el elemento esencial que genera la hecatombe, el big bang del asunto. Para el caso del budismo, es un individuo, su jefe espiritual, quien decide interponerse entre el espíritu civilista propio de la religión y la comunidad para « torcer » la normalidad de la mentalidad religiosa y expandir el odio hacia quienes no pertenecen a la comunidad, gentes que son de otras religiones señalándolos como elementos peligrosos que buscan destruir la religión fundadora, el budismo, sin que esa peligrosidad exista en la práctica. Este ensayo busca analizar en primer lugar la manera como el líder espiritual del budismo logra convencer toda una comunidad para desatar el odio contra otra, masacrarla y expropiarle sus bienes haciéndola huir masivamente hacia otro país.

La segunda parte tiene un trasfondo idéntico.  La comunidad Wahabita de Arabia Saudita se ha caracterizado por ser una comunidad fundamentalista excesivamente conservadora que ha sido la fuente doctrinaria de los movimientos religiosos conservadores más agresivos de la historia como Al-quaeda, el Estado Islámico o los Talibanes.  Los Wahabitas han construido en Arabia una sociedad de la represión, una administración draconiana en donde no hay democracia, hasta hace algunos meses las mujeres no podían conducir o ir a los estadios y los linchamientos callejeros de ladrones o « pecadores » son parte de la cotidianidad.  Los Wahabitas desataron una intervención en Yemen y con ello un genocidio, sus bombarderos no solo han aniquilado en masa la población, sino que han destruido hospitales y escuelas, algo prohibido en el Derecho Internacional Humanitario.



En la tercera parte analizo el tema del genocidio en Siria.  Siria fue contagiado por el movimiento protestario de la « Primavera Árabe », miles de personas se tomaron las calles exigiendo Democracia y los enfrentamientos terminaron en agresiones con heridos y muertos que llevaron al país a la guerra interna puesto que facciones opositoras al gobierno Alawita se insurreccionaron;  Los religiosos Alawitas terminaron por imponer una estrategia violenta : bombardear masivamente los centros urbanos o las partes de las ciudades donde estaban asentadas las milicias opositoras, destruyéndolos y hacer una ofensiva terrestre que culmina en el control de la ciudad.  La muerte masiva de ciudadanos producto de los bombardeos es acompañada por la utilización de gases letales que masivamente exterminan las gentes.

Genocidio ? Masacre ? Crímenes contra la humanidad ?  Utilizar el término genocidio es delicado, es cierto que hay un exterminio de un grupo específico, los Rohingas o los Musulmanes Chiitas, ellos han sido masacrados a alto nivel, claramente es un genocidio, las cifras son altas, pero no llegan a las producidas por el genocidio de Ruanda, donde se mató a « todo el mundo ». Para el caso de Birmania, los musulmanes se salvaron del Genocidio, se fueron a tiempo y lograron salvarse, para el caso de Yemen, los bombardeos no tocan a todo el mundo y para el caso de Siria la armada en su penetración terrestre por tierra, no extermina a todo el que se encuentra, al contrario, brinda ayuda humanitaria y reubica fuera de la urbe las víctimas, pero asesina en masa.  Por eso utilizamos el término « masacre », se acomoda más a una definición objetiva de lo que ha sucedido en estos tres países.

Este ensayo busca generar un debate alrededor de tres religiones mortíferas : el Budismo, los Wahabitas y los Alawitas, tres sectores creyentes que han desatado de manera consciente la masacre de sus contradictores o de miembros de otras religiones  han revivido viejas maneras sectarias de exterminar infieles, contrarias a los principios de convivencia pacífica y claramente instigadoras de las limpiezas sociales.  Los seres humanos no podemos soportar estas maneras de ser, estamos ante gentes creyentes que abusan del poder político, que nos acostumbran a la muerte como forma normal de convivencia y nuestro objetivo es forjar en los lectores una mentalidad anti-necrófila que permita reforzar los valores biófilos.  Buena lectura.



1.            LA DEMENCIA BUDISTA


Myanmar (o Birmania)  es  un país budista, el 80 por ciento de la población la practica y uno de los valores esenciales de esta religión fue el de la paz y la convivencia civilizada entre los hombres.  Como en todo el mundo, los conflictos con otras religiones ha sido parte de su historia, pero no de manera constante más bien ocasional.  La fuerza de los sectores extremistas de la religión budista que han protagonizado los hechos violentos contra los musulmanes Rohingas es reciente, en realidad no se presentó de manera recurrente durante el siglo XX o durante la primera década del siglo XXI.  Los monjes budistas fueron durante la época de la dictadura militar agentes de inconformismo en relación al problema de las libertades y de la situación social regresiva.  Durante el advenimiento de la Democracia delegativa el momento histórico vio surgir un principado islamofóbico fuertemente violento al interior de la religión budista.  Claramente es durante el transcurso de la guerra del Estado islámico contra « los infieles » cuando se forja con fuerza la mentalidad anti-musulmana que incita a la sociedad civil al odio y a la destrucción de los Rohingas.  Las acciones crueles de DAESH, las masacres sobre minorías étnicas como los Yezidies y el escándalo provocado por sus acciones terroristas sobre los europeos y americanos sembraría de odio los budistas quienes temerosos de la posible radicalizaron violenta de los musulmanes en su territorio, habrían puesto en marcha una política preventiva orientada a aniquilar un posible foco yihadista que buscaría exterminar la religión budista por considerarla como « infieles ».  Bajo esta óptica, se forjó una visión equivocada de una comunidad musulmana que no practica « La Yihad » ni tiene como principio de vida el exterminio del no musulmán.  Estamos entonces ante una explosión de violencia que puede ser considerada como un daño colateral del conflicto con el Estado islámico ? La paranoia provocada por la publicidad, las noticias, las imágenes bárbaras de la guerra de DAESH se tomaron la mentalidad de un príncipe budista que convenció las gentes de la necesidad de exterminar los musulmanes para salvar su propia religión ante el peligro inminente del terrorismo ? si, si tomamos las declaraciones del líder budista.  Esta situación paranoica fue alimentada por un pasado de confrontación militar entre las guerrillas musulmanas y el ejército, confrontación en la cual un bajo número de militares perdieron la vida, lo que contribuyó a enfermar la mentalidad budista.

Rakáin,​  Rakhine o Rajine (antiguamente Arakán), el Estado donde se asentaron los Rohingas
La lucha armada de los Rohingas para presionar el ejército birmano influyó en la formación de la mentalidad de odio y de sectarismo de los budistas quienes vieron en ella un germen de destrucción de su cultura. La presión de los insurgentes Rohinga de la ARSA (Arakan Rohingya Salvation Army), sus operativos militares contra las fuerzas armadas y la población budista han reforzado el odio hacia la comunidad entera que es acusada de patrocinar, proteger y hacer parte de los grupos subversivos.

Es posible que los territorios ocupados por la comunidad Rohingya sean económicamente estratégicos y los budistas hayan decidido expropiarlos para expandir íntegramente su religión en esas zonas y disfrutar, para ellos, del bienestar que produce la explotación de la riqueza en la región.

1.1          LA MASACRE, QUE PASÓ ?



Los Rohingas han sido perseguidos desde el fin de la segunda guerra mundial en Myanmar (el nuevo nombre de Birmania quien  cambió el nombre oficial de Unión de Birmania a Unión de Myanmar en 1989 y,  la Constitución de 2008, la llamó República de la Unión de Myanmar) .  La represión se acentuó en el 2012, los budistas atacaron los musulmanes, incendiaron sus casas y mataron decenas de persona obligando a 40 mil a huir hacia Bangladesh, los ataques continuaron y se hicieron más grandes desde octubre del 2016 luego que la armada desatara una ola de represión contra la sociedad civil a consecuencia de un ataque de los guerrilleros contra puestos de policía, se inició una represión que tuvo su cenit en agosto del 2017 luego de ataques mortíferos de los guerrilleros de ARSA, la guerrilla Rohinga, contra los soldados de Birmania.  A partir de allí la población budista se desplazó hacia la zona y se alió con los militares desatando un exterminio masivo de Rohingas, 6.000 muertos en un mes luego de los ataques, 288 poblados incendios y 700 mil desplazados.  Las formas de violencia tomaron formas bárbaras, violaciones en masa, asesinato de niños y ancianos a golpes y quemados vivos, asesinatos a machete, incendio de casas, asesinatos y masacres a bala, formas macabras de asesinar las gentes idénticas a las practicadas por las hordas Hutus en Ruanda en 1994.  Muchos niegan que los budistas hayan hecho un genocidio, pero las 9.000 victimas, las decenas de desaparecidos y los 700 mil desplazados, nos indican que si es un genocidio.  La definición más clara de genocidio es la que se encuentra en el libro de Daniel Feierstein « El Genocidio como Práctica social », publicado en el 2013, el autor establece los siguientes Ítems para considerar una ola de terror como genocidio :

1. Estigmatisación y deshumanisación de la población perseguida
2. Matoneo y violencia contra las víctimas
3. Segregación del resto de la población
4. Debilitamiento del grupo blanco del ataque
5.  Aniquilamiento y masacre en masa
6. Erradicación de la memoria del grupo de la memoria colectiva

Todos estos Ítems son presentes para el caso de la persecución de Rohingas.

1.2          LOS INCITADORES



El conflicto entre las comunidades Rohingas y los Budistas siempre ha existido.  Los Rohingas son musulmanes que habitan justo al lado de Bangladesh en la zona fronteriza.  Ellos empezaron a emigrar hacia esa zona despoblada desde el siglo XVI, en donde se asentó una comunidad, esta comunidad empezó a crecer naturalmente y se intensificó en número a raíz de la colonización inglesa que comenzó a principios del siglo XIX y que estimuló la migración de hindúes de la parte musulmana de la India, naturalmente los Rohingas fueron identificados como musulmanes de lengua hinduista, la invasión japonesa de la zona en 1942 transformó Birmania en una región conflictiva, los japoneses eran fascistas y fueron aclamados y bien vistos por la etnia de los Barma, de lengua Barma, birmana, la lengua oficial de Birmania y de religión budista ; los Rohingas se aliaron con los británicos durante la segunda guerra mundial lo que dejó una impresión de traidores en la mentalidad budista que no les perdonó su amistad con los invasores ingleses.  Birmania se constituyó como nación en 1948 y los Rohingas continuaron con su nacionalidad Birmana hasta 1962 cuando se produce un golpe de Estado y los militares en el poder acentúan más esta discriminación al prohibirles el acceso a la propiedad.  En 1971, la guerra civil en Bangladesh por la independencia provoca una segunda ola de migración, que acentúa en los budistas dominantes la idea de que la zona del Estado de Rakhine donde habitan, es el habitad de migrantes Bengalíes que entraron ilegalmente. Es en 1982 cuando finalmente todo se derrumba para la etnia, los militares deciden quitarles la nacionalidad, considerarlos como invasores.  El advenimiento de la dictadura militar en 1982 transformó la vida de esta región musulmana de Birmania.  Los militares desconocieron la comunidad y las catalogaron como invasores de Bangladesh que habían usurpado las tierras de la zona costera donde habitaban.  Se les negó la cédula de ciudadanía y perdieron todos sus derechos, el de poseer tierras, el de casarse, el de educarse, el de recibir asistencia médica.  Los Rohingas permanecieron en suelo Birmano como parias.

Esta argumentación deja claro que existe una mentalidad discriminadora que es histórica, que se construyó en el pasado y que contribuyó a forjar entre la comunidad budista una idea criminal, agresiva que finalmente culminó en las masacres inhumanas que hemos presenciado.  Es el primer factor a tener en cuenta cuando exploramos las causas del problema.

El segundo factor, tiene relación con la evolución de una mentalidad extremista dentro del Movimiento 969, liderado por el monje Ashin Wirathu quien representa un sector del budismo que podríamos identificar como la Extrema derecha budista que cuenta con diez millones de simpatizantes y 300 sedes locales.  Su centro monástico ubicado en  Mandalay, el más grande de Birmania tiene 2 800 alumnos que se adoctrinan en el budismo y que muestra en su entrada fotos cabezas de decapitados, cadáveres de asesinados por los budistas extremistas. Su accionar es esencialmente una explotación de la autoridad carismática para generar en las bases budistas un odio anti-musulmán cuyas reivindicaciones más importantes fueron la defensa de la Religión y la Raza.  La matanza de Rohingas y su expulsión del territorio birmano tiene mucho parecido al Genocidio de Ruanda en 1994.  Se nota una pre-programación, una actitud del líder espiritual que busca inducir de manera intencional a las gentes a odiar la comunidad musulmana.
 Ashin Wirathu


 El convencimiento que logra de todo un conglomerado social se debe en parte al momento histórico internacional en la cual el Estado islámico afecta con su terrorismo bárbaro todas las comunidades musulmanes del mundo que tienen que soportar los embates de la islamofobia desarrollado en Europa por la extrema derecha y acentuado en la comunidad Birmana que vé masivamente la televisión y escucha la radio y que se entera de la sentencia de muerte de DAESH a todos los infieles del mundo, sentencia dirigida también hacia la comunidad budista, quien ha soportado el terrorismo en países budistas como Tailandia y en Afganistán.  El terrorismo de DAESH envenenó la mentalidad de las élites budistas quienes se decidieron por incitar a la barbarie y la muerte contra la comunidad Rohinga.  La solidaridad económica internacional inundó de dinero las finanzas budistas que se vieron acrecentadas y la actitud de jefe budista fue aplaudida por la extrema derecha internacional y los sectores anti-musulmanes.


Ashin Wirathu


La historia de la extrema derecha budista en Birmania ha pasado por tres movimientos, la misma cosa con distinto nombre.  En la primera década del 2000, el movimiento 969, el primer nueve representa los nueve atributos del Buda, el seis los atributos de sus enseñanzas y el segundo nueve los atributos de la orden budista, luego de que este fuese prohibido en el 2013, los budistas extremistas cambian su nombre por Ma Ba Tha, « Comité para la protección de la raza et de la religión », prohibido en el 2017, recientemente cambiaron su nombre por la "Fundación Filantrópica Bouddha Dhamma", con una organización armada, la « Unión de Monjes Patriotas ».  El contenido del discurso oral y escrito siempre ha sido el mismo : una incitación a perseguir los musulmanes, a dejarlos sin casa ni alimentos, debido a que « se reproducen de manera elevada » y « a que se mezclan con mujeres budistas haciendo que estas se conviertan al islam ».  Hay denuncias escritas del 2013 de Wirathu de que los musulmanes violan las mujeres budistas, de asesinatos porque las mujeres se niegan a seguir la religión musulmana.  "Hemos sido violados en cada ciudad, nos han acosado sexualmente, nos han atacado e intimidado en cada ciudad. Hay una mayoría vulgar y salvaje musulmana como esta en cada ciudad", indicó el monje en conversación con el medio británico. (2013, El monje budista que divide a Birmania, Redacción, BBC Mundo, 10 julio 2013). « Los "musulmanes locales" son salvajes porque hay "extremistas moviendo los hilos" con ayuda financiera y militar ».(Ibidem)



« Yo predico esto para proteger nuestra gente, religión, cultura y país", le dijo Wirathu a The Guardian, ellos buscan según su discurso, defender la identidad nacional y proteger los animales, especialmente las vacas y las ovejas que compran por montones, para evitar que sean sacrificados por los musulmanes.  En el 2015 el comité ejecutivo de Ma Ba Tha redactó cuatro leyes que fueron aprobadas en el parlamento birmano : ellas prohíben las conversaciones y los matrimonios entre budistas y musulmanes e imponen un lapso de tres años a cada pareja para tener un hijo. La "Fundación Filantrópica Bouddha Dhamma" se propone entre sus objetivos el de proteger los budistas contra la invasión musulmana y crear una verdadera nación birmana sin musulmanes.



El discurso violento de Wirathu, denota claramente la intención de moldear los comportamientos de su base religiosa hacia actitudes violentas, de preparar las mentes para la masacre.  La exportación de destructores y genocidas de todo tipo hacia las zonas Rohingas para intervenir y asesinar la comunidad denota claramente la existencia de un plan genocida.  Barbet Schroeder, cineasta francés, publicó en las salas de cine el 7 de junio del 2017, "Le Vénérable W.", un documental que muestra imágenes y testimonios del jefe budista, es un recuento preciso de la manera como desde este grupo extremista llamado 969 se incitó a las bases religiosas a odiar los musulmanes y a intervenirlos físicamente.  En uno de sus apartes, el más impactante Wirathu ante una congregación de mujeres jóvenes budistas dice :  « …Que pasa si uno se casa con musulmanes ? pregunta el monje, las jóvenes responden colectivamente : « nuestra religión va a desaparecer », « entonces, ustedes se van a casar con un alcohólico o un musulmán ? », « con un alcohólico » responden las jóvenes al unisono ; luego pregunta : « van a casarse con un drogadicto o un musulmán ? », « con un drogadicto » ; « con un pobre o un musulmán ? », « con un pobre », « con un perro o un musulmán ? », « con un perro », « si, cásense con un perro, si te casas con un perro, nuestra religión no va a desaparecer ». En el video se nota una preparación clara de la colectividad para agredir  colectivamente los musulmanes y una actitud islamofóbica totalmente demencial.



El tercer elemento tiene mucha relación con las acciones del grupo armado de resistencia a la opresión creado por un sector de los Rohingas llamado ARSA, ejército de salvación Rohinga.  Claramente estas guerrillas se crearon para presionar al Estado, atemorizar los militares y obligarlos a reconsiderar la violencia aplicada a la minoría étnica.  La guerrilla y sus ataques mortíferos aparecen en el momento menos indicado, las ofensivas internacionales de DAESH y la creación del Estado islámico, su apogeo y época Dorada, 2013-2017.  El llamado internacional de DAESH a la comunidad musulmana del mundo para desatar la guerra santa confundió seriamente al gobierno Birmano, quien vió en las guerrillas, simples terroristas aliados del Estado Islámico y en sus políticas preventivas no hubo distinción y no hubo ninguna consideración, el discurso gubernamental hacia las guerrillas es un discurso contra el Estado Islámico que denota una actitud macartista orientada a hacer creer a las gentes que los guerrilleros son de DAESH.  ARSA ha negado tener relación con el Estado islámico, ellos han insistido en que su lucha es nacional y sus operativos militares no muestran ningún parecido los de los islamistas radicales, con ahorcamientos públicos, degollamientos, decapitaciones, lanzar pecadores desde terrazas o matar meretrices a pedradas o la utilización de kamikazis en sus acciones, es decir, ellos no son fanáticos religiosos.  Es creíble la idea de que ellos si son una guerrilla que puede ser identificada como agente de «Guerra Justa », un pueblo que utiliza las armas como forma de resistencia para sobrevivir a los embates del terror de Estado que se practica en Birmania, una solución política con este tipo de actores es viable. 



ARSA es reciente en la historia birmana (Myanmar), un pequeño grupo guerrillero se creó en el 2012, Harakah Al-Yaqin, Movimiento de la Fe, bajo el mando de Attullah Abu Amar Jununi educado en Arabia Saudí por los Wahabitas ; aparecen internacionalmente como grupo guerrillero el 9 de octubre del 2016 luego de un ataque a tres estaciones militares en la frontera con Bangladesh cerca de Maungdaw.  9 policías birmanos fueron muertos y el atentado fue reivindicado por el Movimiento de la Fe, la respuesta de la armada sobre la sociedad civil fue contundente, allí empezaron los primeros desplazamientos hacia Bangladesh, alrededor de 40 mil Rohingas huyeron de sus tierras para escapar de la represión de la armada que mató alrededor de 400 pobladores presentados como guerrilleros Rohingas.  Otro atentado contra fuerzas estatales se desarrolló el 25 de agosto del 2017, el puesto militar de Mingalar fue atacado y 12 miembros de la policía cayeron bajo las balas de los guerrilleros, este operativo de la guerrilla puede ser considerado como el big bang del conflicto reciente, a partir de allí las fuerzas armadas desatan la guerra contra la sociedad civil en conjunto con la comunidad budista, alrededor de 6000 Rohingas fueron asesinados en un mes y 288 poblados atacados y quemados, 700 mil pobladores se asentaron en el mayor campo de concentración del mundo en Bangladesh.  El ataque fue un escándalo en todo el país y un día después el Comité Central Anti-terrorista de Myanhar  calificó al grupo de terrorista.    Desde ese entonces el gobierno Birmano los asimiló al Estado Islámico, ellos no osaron en calificarlos como un brazo de DAESH en Myanmar, lo que evidentemente despertó el nacionalismo en la población acostumbrada a ver en la televisión las atrocidades de los islamistas radicales.


Lo que se nota claramente es una debilidad fuerte de la comunidad Rohinga para organizarse políticamente y lo claro es que las ofensivas del ejército orientadas a desplazarlos, los tomó por sorpresa. La insurgencia buscaba afanosamente iniciar un enfrentamiento militar sin medios para vencer una armada fuerte y bien equipada, así la lucha guerrillera se transformó en una manera mortífera de protestar que metió en cólera los militares y la comunidad budista quienes organizaron formas de represión propias de un genocidio en masa como la quema de personas vivas, la muerte a golpes, el asesinato a cuchillo y a bala y la muerte por hambre y sed sin distinguir niños ni ancianos.

Un cuarto elemento a considerar es la influencia del conflicto con los musulmanes radicales, especialmente con el Estado Islámico.  El llamado a la Yihad de DAESH y el inicio de sus hostilidades terroríficas afectaron también a la comunidad budista.  Atentados en Tailandia con números muertos y la destrucción de monumentos budistas por los talibanes, en Bamyan,  Afganistán, en la época de la dominación talibana dejaron en las comunidades budistas una huella de rencor y de venganza frente a los terroristas musulmanes, quienes lograron sembrar la confusión de tal manera que ese odio producto del irrespeto a la religión se generalizó y afectó a los Rohingas.  Claramente se nota una imprudencia de los jefes militares al desatar operativos mortíferos en momentos en los cuales el Estado Islámico desprestigiaba la comunidad musulmana, la islamofobia era universal y si bien la intelectualidad del mundo es capaz de distinguir entre musulmanes y terroristas, las bases de la religiosidad no y más cuando son incitadas a « defenderse » por líderes ansiosos de desatar masacres y desplazamientos porque hay intereses económicos de por medio, entre ellos el de apropiarse de los bienes de los perseguidos.



Hay que tener en cuenta que los budistas de Tailandia, país limítrofe donde gobiernan mayoritariamente, afrontan un conflicto en las provincias del sur de mayoría musulmana en donde los ataques han sido mortíferos, cuatro personas murieron y otras 35 heridas –entre ellos diez extranjeros tras varios atentados ocurridos entre el 6 y 7 de agosto del 2016 en varias ciudades y dos de los principales destinos turísticos de Tailandia situados en seis provincias del centro y sur del país. En total, hubo 14 explosiones, el 8 de mayo del 2017 un atentado terminó con la vida de 50 ciudadanos de la provincia de Pattani, « Los atentados con armas ligeras, asesinatos y ataques con explosivos ocurren casi a diario en las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat pese al despliegue de 40.000 miembros de las fuerzas de seguridad y la vigencia del estado de excepción.Más de 6.700 personas han muerto en enfrentamientos en esa zona desde que el movimiento separatista musulmán reanudó la lucha armada, en 2004 » (Seis detenidos por el atentado en un supermercado del sur de Tailandia, Internet). 



Este conflicto con musulmanes en Tailandia donde la mayoría es budista, llenó de desconfianza la comunidad budista de Mayhar, claramente los budistas vieron en los musulmanes un riesgo para su seguridad y la comparación se hizo efectiva : todos los musulmanes quieren acabar con todos los budistas, lo que fue utilizado por la extrema derecha budista para acentuar la islamofobia.  Una solución de los conflictos regionales locales entre budistas y musulmanes puede ayudar a una solución del conflicto en Mayhar y viceversa.



Finalmente hay que insistir en las causas últimas de la tragedia de los Rohingas : la expropiación de tierras.  En las actitudes genocidas y violentas contra los pueblos débiles hay siempre un interés económico que se esconde y estriba en la necesidad de apropiarse de los recursos de su victima para generar negocios y beneficiar las redes empresariales.  Ello sucedió en Ruanda en 1994, en la Alemania de Hittler durante la Shoah, en Colombia durante la década del noventa y la primera de este siglo, en Guatemala en la época de las dictaduras militares y durante la guerra de DAESH.  Se trata de expulsar al otro y destruirlo para auto-enriquecerse y eso es lo que se nota con esta masacres de Rohingas cuando observamos las fotos de budistas construyendo casas sobre las casas quemadas.  Varios analistas han hecho un aporte importante entorno a esto.  Nos dicen por ejemplo que la comunidad musulmana y budista de pequeños propietarios han sido victimas de expropiaciones de tierra para el ejercicio de la minería, la explotación forestal y los proyectos hidricos. 

El año en que se originan los desplazamientos y conflictos Rohingas fue el 2012, año en el que la dictadura liberalizó la economía, aplicó los principios neoliberales en el campo, desmontó la ley de tierras de 1963 que protegía las pequeñas propiedades e impuso unas nuevas leyes que estimularon la expropiación de pequeños propietarios y que privatizaron el acceso a la tierra a favor de las compañías transnacionales a quienes se les arrendaron las tierras con contratos de arrendamiento de hasta de 70 años, beneficiando además, las empresas privadas autorizándolas a arrendar tierras a las transnacionales.  Las expropiaciones beneficiaron el erario pública y generaron un situación conflictiva y el lógico empobrecimiento de las comunidades, identificadas como invasores extranjeros.  La idea de la birmanización de la sociedad se impuso bajo el criterio de la defensa de la religión y de la raza lo que perjudicó a las comunidades locales, que eran ni Barmas ni budistas.



La presión de los intereses extranjeros acelero la crisis comunitaria, después del descubrimiento de yacimientos petroleros, los chinos se interesaron por el petroleo y han venido acercándose a los birmanos para su explotación, en el 2013 iniciaron la construcción de un oleoducto que pasa por la región, los birmanos se interesan en monoplizar los enormes ingresos sin ningún interés en compartirlos con comunidades pobres señaladas de parias, por ello han estimulado el desplazamiento.  Los hindúes tienen intereses en la zona, especialmente en relación al agua, también Arabia Saudita, las grandes transnacionales y los países se interesan en la minería, los transportes, la explotación agrícola y el Estado en el desarrollo segregado, en la explotación de la zona para obtener enormes divisas sin compartirlas con nadie, sin invertir en los pobres que no hablan birmano y no son budistas.

1.3          LAS CONSECUENCIAS

Este tipo de represión religiosa es un desprestigio enorme para la comunidad budista, las imágenes de la barbarie budista en Birmania transformó la religión budista en una religión mortífera, la religión de Buda queda como genocida en el ámbito mundial.  La actitud sectaria del gobierno birmano orientada a imponer el negacionismo al insistir que los musulmanes se matan ellos mismos e incendian ellos mismos sus casas, niega abiertamente el carácter pacifista que un premio nobel de la paz debe darle a su galardón.  Aung San Suu Kyi, la presidenta de Myanmar debe darle cuentas a la corte internacional de justicia, claramente son crímenes contra la humanidad los  que se han cometido en Birmania. 

En segundo lugar, queda una comunidad arruinada y acentuada en un territorio que no es el suyo, condenada a la miseria, sin futuro económico y sin protección solo porque son pobres, pobreza inducida por la cultura budista y comparada con la pobreza provocada por los nazis sobre los judíos.  La dependencia de la comunidad internacional impide el progreso, urge una presión mundial para obligar al retorno de los ciudadanos Rohingas a sus territorios, con la presencia de los cascos azules y la desmilitarización total de la región así como la puesta en marcha de una organización política local, esto es un reforzamiento del federalismo que permita la protección de la comunidad.



En tercer lugar, la miserable actitud de los budistas dejá como herencia un conflicto armado que puede deteriorar la situación en el país, La persistencia de grupos armados en la región incluyendo Tailandia, que reivindican la independencia puede generar una nueva ola de violencia en la cual actores armados internacionales pueden inmiscuirse y ayudar a la radicalisación y al fortalecimiento de actores extremistas que pueden transformar las formas de vida de la comunidad y afectar el orden público en la zona.  Hasta el momento no existe ninguna propuesta institucional en Myanmar para dar solución al problema de la guerra, ARSA se mantiene activa y lista a desatar nuevos atentados si la situación lo requiere y la armada birmana dispuesta a castigar nuevamente la sociedad civil, este esquema agudiza el conflicto y no brinda una solución integral que debe pasar por el inicio de un gran diálogo nacional en el país que incluya los sectores radicales del budismo, los militares y el Estado, los jefes de la guerrilla y representantes de la sociedad civil para crear un nuevo orden político en la región que debe tener en cuenta el federalismo y el otorgar  cierta autonomía local que permita el retorno en condiciones de dignidad de los expulsados quienes deben ser considerados como nacionales birmanos como lo eran en el pasado.



Finalmente, la imposibilidad de los sectores democráticos de imponerse, de alimentar la democracia en una sociedad semi-teocrática, alimenta seriamente la violencia.  Los intereses económicos se han superpuesto a la democracia y las expropiaciones de tierra en masa a la garantía de los derechos humanos.  Los conflictos provocados por el empresariado privado en todo el mundo han dejado millones de arruinados y un deterioro ambiental incalculable, los birmanos no han estado fuera de este problema y urge una restauración de las tierras robadas y un claro plan de desarrollo en la región que vincule a las comunidades con el asesoramiento del Estado.


BIBLIOGRAFIA







Próxima entrega :  LA AGRESIVIDAD WAHABITA